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OH si mi cabeza se tornase aguas, y mis ojos fuentes de aguas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!

Oh quién me diese en el desierto un mesón de caminantes, para que dejase mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores.

E hicieron que su lengua, como su arco, tirase mentira; y no se fortalecieron por verdad en la tierra: porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová.

Guárdese cada uno de su compañero, ni en ningún hermano tenga confianza: porque todo hermano engaña con falacia, y todo compañero anda con falsedades.

Y cada uno engaña á su compañero, y no hablan verdad: enseñaron su lengua á hablar mentira, se ocupan de hacer perversamente.

Tu morada es en medio de engaño; de muy engañadores no quisieron conocerme, dice Jehová.

Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los fundiré, y los ensayaré; porque ¿cómo he de hacer por la hija de mi pueblo?

Saeta afilada es la lengua de ellos; engaño habla; con su boca habla paz con su amigo, y dentro de sí pone sus asechanzas.

¿No los tengo de visitar sobre estas cosas? dice Jehová. ¿De tal gente no se vengará mi alma?

10 Sobre los montes levantaré lloro y lamentación, y llanto sobre las moradas del desierto; porque desolados fueron hasta no quedar quien pase, ni oyeron bramido de ganado: desde las aves del cielo y hasta las bestias de la tierra se trasportaron, y se fueron.

11 Y pondré á Jerusalem en montones, por moradas de culebras; y pondré las ciudades de Judá en asolamiento, que no quede morador.

12 ¿Quién es varón sabio que entienda esto? ¿y á quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como desierto, que no hay quien pase?

13 Y dijo Jehová: Porque dejaron mi ley, la cual dí delante de ellos, y no obedecieron á mi voz, ni caminaron conforme á ella;

14 Antes se fueron tras la imaginación de su corazón, y en pos de los Baales que les enseñaron sus padres:

15 Por tanto así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que á este pueblo yo les daré á comer ajenjos, y les daré á beber aguas de hiel.

16 Y los esparciré entre gentes que no conocieron ellos ni sus padres; y enviaré espada en pos de ellos, hasta que yo los acabe.

17 Así dice Jehová de los ejércitos: Considerad, y llamad plañideras que vengan; y enviad por las sabias que vengan:

18 Y dense prisa, y levanten llanto sobre nosotros, y córranse nuestros ojos en lágrimas, y nuestros párpados en aguas se destilen.

19 Porque voz de endecha fué oída de Sión: ­Cómo hemos sido destruídos! en gran manera hemos sido confundidos. ¿Por qué dejamos la tierra? ¿por qué nos han echado de sí nuestras moradas?

20 Oíd pues, oh mujeres, palabra de Jehová, y vuestro oído reciba la palabra de su boca; y enseñad endechas á vuestras hijas, y cada una á su amiga, lamentación.

21 Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; para talar los niños de las calles, los mancebos de las plazas.

22 Habla: Así ha dicho Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la haz del campo, y como manojo tras el segador, que no hay quien lo recoja.

23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.

24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra: porque estas cosas quiero, dice Jehová.

25 He aquí que vienen días, dice Jehová, y visitaré sobre todo circuncidado, y sobre todo incircunciso:

26 A Egipto, y á Judá, y á Edom, y á los hijos de Ammón y de Moab, y á todos los arrinconados en el postrer rincón, que moran en el desierto; porque todas las gentes tienen prepucio, y toda la casa de Israel tiene prepucio en el corazón.

10 OID la palabra que Jehová ha hablado sobre vosotros, oh casa de Israel.

Así dijo Jehová: No aprendáis el camino de las gentes, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las gentes las teman.

Porque las ordenanzas de los pueblos son vanidad: porque leño del monte cortaron, obra de manos de artífice con azuela.

Con plata y oro lo engalanan; con clavos y martillo lo afirman, para que no se salga.

Como palma lo igualan, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos; porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.

No hay semejante á tí, oh Jehová; grande tú, y grande tu nombre en fortaleza.

¿Quién no te temerá, oh Rey de las gentes? porque á tí compete ello; porque entre todos los sabios de las gentes, y en todos sus reinos, no hay semejante á ti.

Y todos se infatuarán, y entontecerán. Enseñanza de vanidades es el mismo leño.

Traerán plata extendida de Tarsis, y oro de Uphaz; obrará el artífice, y las manos del fundidor; vestiránlos de cárdeno y de púrpura: obra de peritos es todo.

10 Mas Jehová Dios es la verdad; él es Dios vivo y Rey eterno: á su ira tiembla la tierra, y las gentes no pueden sufrir su saña.

11 Les diréis así: Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, perezcan de la tierra y de debajo de estos cielos.

12 El que hizo la tierra con su potencia, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su prudencia;

13 A su voz se da muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.

14 Todo hombre se embrutece y le falta ciencia; avergüéncese de su vaciadizo todo fundidor: porque mentira es su obra de fundición, y no hay espíritu en ellos;

15 Vanidad son, obra de escarnios: en el tiempo de su visitación perecerán.

16 No es como ellos la suerte de Jacob: porque él es el Hacedor de todo, é Israel es la vara de su herencia: Jehová de los ejércitos es su nombre.

17 Recoge de las tierras tus mercaderías, la que moras en lugar fuerte.

18 Porque así ha dicho Jehová: He aquí que esta vez arrojaré con honda los moradores de la tierra, y he de afligirlos, para que lo hallen.

19 Ay de mí, por mi quebrantamiento! mi llaga es muy dolorosa. Yo empero dije: Ciertamente enfermedad mía es esta, y debo sufrirla.

20 Mi tienda es destruída, y todas mis cuerdas están rotas: mis hijos fueron sacados de mí, y perecieron: no hay ya más quien extienda mi tienda, ni quien levante mis cortinas.

21 Porque los pastores se infatuaron, y no buscaron á Jehová: por tanto no prosperaron, y todo su ganado se esparció.

22 He aquí que voz de fama viene, y alboroto grande de la tierra del aquilón, para tornar en soledad todas las ciudades de Judá, en morada de culebras.

23 Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es ordenar sus pasos.

24 Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no con tu furor, porque no me aniquiles.

25 Derrama tu enojo sobre las gentes que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre: porque se comieron á Jacob, y lo devoraron, y le han consumido, y asolado su morada.

11 PALABRA que fué de Jehová, á Jeremías, diciendo:

Oid las palabras de este pacto, y hablad á todo varón de Judá, y á todo morador de Jerusalem.

Y les dirás tú: Así dijo Jehová Dios de Israel: Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto,

El cual mandé á vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oid mi voz, y ejecutad aquéllas, conforme á todo lo que os mando, y me seréis por pueblo, y yo seré á vosotros por Dios;

Para que confirme el juramento que hice á vuestros padres, que les daría la tierra que corre leche y miel, como este día. Y respondí, y dije: Amén, oh Jehová.

Y Jehová me dijo: Pregona todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem, diciendo: Oid las palabras de este pacto, y ponedlas por obra.

Porque con eficacia protesté a vuestros padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, madrugando y protestando, diciendo: Oid mi voz.

Mas no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su corazón malvado: por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron.

Y díjome Jehová: Conjuración se ha hallado en los varones de Judá, y en los moradores de Jerusalem.

10 Hanse vuelto á las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, antes se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa de Judá invalidaron mi pacto, el cual había yo concertado con sus padres.

11 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán salir; y clamarán á mi, y no los oiré.

12 E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalem, y clamarán á los dioses á quienes queman ellos inciensos, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal.

13 Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalem, pusisteis los altares de ignominia, altares para ofrecer sahumerios á Baal.

14 Tú pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque yo no oiré el día que en su aflicción á mí clamaren.

15 ¿Qué tiene mi amado en mi casa, habiendo hecho abominaciones muchas? Y las carnes santas pasarán de sobre tí, porque en tu maldad te gloriaste.

16 Oliva verde, hermosa en fruto y en parecer, llamó Jehová tu nombre. A la voz de gran palabra hizo encender fuego sobre ella, y quebraron sus ramas.

17 Pues Jehová de los ejércitos, que te plantó, ha pronunciado mal contra ti, á causa de la maldad de la casa de Israel y de la casa de Judá, que hicieron á sí mismos, provocándome á ira con incensar á Baal.

18 Y Jehová me lo hizo saber, y conocílo: entonces me hiciste ver sus obras.

19 Y yo como cordero inocente que llevan á degollar, pues no entendía que maquinaban contra mí designios, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivientes, y no haya más memoria de su nombre.

20 Mas, oh Jehová de los ejércitos, que juzgas justicia, que sondas los riñones y el corazón, vea yo tu venganza de ellos: porque á ti he descubierto mi causa.

21 Por tanto, así ha dicho Jehová de los varones de Anathoth, que buscan tu alma, diciendo: No profetices en nombre de Jehová, y no morirás á nuestras manos:

22 Así pues ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los visito; los mancebos morirán á cuchillo; sus hijos y sus hijas morirán de hambre;

23 Y no quedará resto de ellos: porque yo traeré mal sobre los varones de Anathoth, año de su visitación.

TODOS los que están debajo del yugo de servidumbre, tengan á sus señores por dignos de toda honra, porque no sea blasfemado el nombre del Señor y la doctrina.

Y los que tienen amos fieles, no los tengan en menos, por ser hermanos; antes sírvanles mejor, por cuanto son fieles y amados, y partícipes del beneficio. Esto enseña y exhorta.

Si alguno enseña otra cosa, y no asiente á sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y á la doctrina que es conforme á la piedad;

Es hinchado, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas,

Porfías de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que tienen la piedad por granjería: apártate de los tales.

Empero grande granjería es la piedad con contentamiento.

Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar.

Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto.

Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden á los hombres en perdición y muerte.

10 Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre.

12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, á la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos.

13 Te mando delante de Dios, que da vida á todas las cosas, y de Jesucristo, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,

14 Que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo:

15 La cual á su tiempo mostrará el Bienaventurado y solo Poderoso, Rey de reyes, y Señor de señores;

16 Quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; á quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.

17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos:

18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, que con facilidad comuniquen;

19 Atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano á la vida eterna.

20 Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas de vanas cosas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia:

21 La cual profesando algunos, fueron descaminados acerca de la fe. La gracia sea contigo. Amén. espístola á Timoteo fué escrita de Laodicea, que es metrópoli de la Frigia Pacatiana.