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54 Al Músico principal: en Neginoth: Masquil de David, cuando vinieron los Zipheos y dijeron á Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierrra? OH Dios, sálvame por tu nombre, Y con tu poder defiéndeme.

Oh Dios, oye mi oración; Escucha las razones de mi boca.

Porque extraños se han levantado contra mí, Y fuertes buscan mi alma: No han puesto á Dios delante de sí. (Selah.)

He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor es con los que sostienen mi vida.

El volverá el mal á mis enemigos: Córtalos por tu verdad.

Voluntariamente sacrificaré á ti; Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.

Porque me ha librado de toda angustia, Y en mis enemigos vieron mis ojos mi deseo.

55 Al Músico principal: en Neginoth: Masquil de David. ESCUCHA, oh Dios, mi oración, Y no te escondas de mi súplica.

Estáme atento, y respóndeme: Clamo en mi oración, y levanto el grito,

A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío; Porque echaron sobre mí iniquidad, Y con furor me han amenazado.

Mi corazón está doloroso dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído.

Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto.

Y dije: ­Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.

Ciertamente huiría lejos: Moraría en el desierto. (Selah.)

Apresuraríame á escapar Del viento tempestuoso, de la tempestad.

Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.

10 Día y noche la rodean sobre sus muros; E iniquidad y trabajo hay en medio de ella.

11 Agravios hay en medio de ella, Y el fraude y engaño no se apartan de sus plazas.

12 Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él:

13 Mas tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar:

14 Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, A la casa de Dios andábamos en compañía.

15 Condenados sean á muerte, Desciendan vivos al infierno: Porque maldades hay en su compañía, entre ellos.

16 Yo á Dios clamaré; Y Jehová me salvará.

17 Tarde y mañana y á medio día oraré y clamaré; Y él oirá mi voz.

18 El ha redimido en paz mi alma de la guerra contra mí; Pues fueron contra mí muchos.

19 Dios oirá, y los quebrantará luego, El que desde la antigüedad permanece (Selah); Por cuanto no se mudan, Ni temen á Dios.

20 Extendió sus manos contra sus pacíficos: Viólo su pacto.

21 Ablandan más que manteca su boca, Pero guerra hay en su corazón: Suavizan sus palabras más que el aceite, Mas ellas son cuchillos.

22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.

23 Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de la sepultura: Los hombres sanguinarios y engañadores no demediarán sus días: Empero yo confiaré en ti.

56 Al Músico principal: sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Michtam de David, cuando los Filisteos le prendieron en Gath. TEN misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre: Me oprime combatiéndome cada día.

Apúranme mis enemigos cada día; Porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.

En el día que temo, Yo en ti confío.

En Dios alabaré su palabra: En Dios he confiado, no temeré Lo que la carne me hiciere.

Todos los días me contristan mis negocios; Contra mí son todos sus pensamientos para mal.

Reúnense, escóndense, Miran ellos atentamente mis pasos, Esperando mi vida.

¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba en tu furor los pueblos.

Mis huídas has tú contado: Pon mis lágrimas en tu redoma: ¿No están ellas en tu libro?

Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare: En esto conozco que Dios es por mí.

10 En Dios alabaré su palabra; En Jehová alabaré su palabra.

11 En Dios he confiado: no temeré Lo que me hará el hombre.

12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos: Te tributaré alabanzas.

13 Porque has librado mi vida de la muerte, Y mis pies de caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven.

¿QUÉ, pues, tiene más el Judío? ¿ó qué aprovecha la circuncisión?,

Mucho en todas maneras. Lo primero ciertamente, que la palabra de Dios les ha sido confiada.

¿Pues qué si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿la incredulidad de ellos habrá hecho vana la verdad de Dios?

En ninguna manera; antes bien sea Dios verdadero, mas todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus dichos, Y venzas cuando de ti se juzgare.

Y si nuestra iniquidad encarece la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (hablo como hombre.)

En ninguna manera: de otra suerte ¿cómo juzgaría Dios el mundo?

Empero si la verdad de Dios por mi mentira creció á gloria suya, ¿por qué aun así yo soy juzgado como pecador?

¿Y por qué no decir (como somos blasfemados, y como algunos dicen que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? la condenación de los cuales es justa.

¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera: porque ya hemos acusado á Judíos y á Gentiles, que todos están debajo de pecado.

10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;

11 No hay quien entienda, No hay quien busque á Dios;

12 Todos se apartaron, á una fueron hechos inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno:

13 Sepulcro abierto es su garganta; Con sus lenguas tratan engañosamente; Veneno de áspides está debajo de sus labios;

14 Cuya boca está llena de maledicencia y de amargura;

15 Sus pies son ligeros á derramar sangre;

16 Quebrantamiento y desventura hay en sus caminos;

17 Y camino de paz no conocieron:

18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.

19 Empero sabemos que todo lo que la ley dice, á los que están en la ley lo dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete á Dios:

20 Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.

21 Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas:

22 La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él: porque no hay diferencia;

23 Por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios;

24 Siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús;

25 Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento á haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

26 Con la mira de manifestar su justicia en este tiempo: para que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

27 ¿Dondé pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe.

28 Así que, concluímos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la ley.

29 ¿Es Dios solamente Dios de los Judíos? ¿No es también Dios de los Gentiles? Cierto, también de los Gentiles.

30 Porque uno es Dios, el cual justificará por la fe la circuncisión, y por medio de la fe la incircuncisión.

31 ¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley.