1 Timoteo 2-3
Reina-Valera Antigua
2 AMONESTO pues, ante todas cosas, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los hombres;
2 Por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador;
4 El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.
5 Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre;
6 El cual se dió á sí mismo en precio del rescate por todos, para testimonio en sus tiempos:
7 De lo que yo soy puesto por predicador y apóstol, (digo verdad en Cristo, no miento) doctor de los Gentiles en fidelidad y verdad.
8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos limpias, sin ira ni contienda.
9 Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito honesto, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, ó perlas, ó vestidos costosos.
10 Sino de buenas obras, como conviene á mujeres que profesan piedad.
11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
12 Porque no permito á la mujer enseñar, ni tomar autoridad sobre el hombre, sino estar en silencio.
13 Porque Adam fué formado el primero, después Eva;
14 Y Adam no fué engañado, sino la mujer, siendo seducida, vino á ser envuelta en transgresión:
15 Empero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en la fe y caridad y santidad, con modestia.
3 PALABRA fiel: Si alguno apetece obispado, buena obra desea.
2 Conviene, pues, que el obispo sea irreprensible, marido de una mujer, solícito, templado, compuesto, hospedador, apto para enseñar;
3 No amador del vino, no heridor, no codicioso de torpes ganancias, sino moderado, no litigioso, ajeno de avaricia;
4 Que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad;
5 (Porque el que no sabe gobernar su casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)
6 No un neófito, porque inflándose no caiga en juicio del diablo.
7 También conviene que tenga buen testimonio de los extraños, porque no caiga en afrenta y en lazo del diablo.
8 Los diáconos asimismo, deben ser honestos, no bilingües, no dados á mucho vino, no amadores de torpes ganancias;
9 Que tengan el misterio de la fe con limpia conciencia.
10 Y éstos también sean antes probados; y así ministren, si fueren sin crimen.
11 Las mujeres asimismo, honestas, no detractoras, templadas, fieles en todo.
12 Los diáconos sean maridos de una mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
13 Porque los que bien ministraren, ganan para sí buen grado, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
14 Esto te escribo con esperanza que iré presto á ti:
15 Y si no fuere tan presto, para que sepas cómo te conviene conversar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.
16 Y sin cotradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado á los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.
1 Timoteo 2-3
Reina-Valera 1960
Instrucciones sobre la oración
2 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. 3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.(A)
8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. 9 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,(B) 10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. 11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 13 Porque Adán fue formado primero,(C) después Eva;(D) 14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.(E) 15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.
Requisitos de los obispos
3 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.(F)
Requisitos de los diáconos
8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; 9 que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y estos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. 11 Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. 13 Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
El misterio de la piedad
14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, 15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. 16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible