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Porque sus juicios son verdaderos y justos; pues él ha juzgado a la gran ramera que corrompió la tierra con

su inmoralidad,

y ha vengado la sangre de sus siervos

de la mano de ella”.

Y por segunda vez dijeron: “¡Aleluya!”. Y el humo de ella subió por los siglos de los siglos.

Y se postraron los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes y adoraron a Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: “¡Amén! ¡Aleluya!”.

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