Add parallel Print Page Options

Sucederá que si el delincuente merece ser azotado, el juez lo hará recostar en el suelo y lo hará azotar en su presencia. El número de azotes será de acuerdo al delito. Podrá darle cuarenta azotes; no añadirá más. No sea que, si se le dan más azotes que estos, tu hermano quede envilecido ante tus ojos.

“No pondrás bozal al buey cuando trilla.

Read full chapter