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32 Aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas. Así ha dicho Jehová el Señor: Yo extenderé sobre ti mi red con reunión de muchos pueblos, y te harán subir con mi red. Y te dejaré en tierra, te echaré sobre la faz del campo, y haré posar sobre ti todas las aves del cielo, y saciaré de ti a las fieras de toda la tierra. Pondré tus carnes sobre los montes, y llenaré los valles de tus cadáveres. Y regaré de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes; y los arroyos se llenarán de ti. Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz.(A) Haré entenebrecer todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor.

Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando lleve al cautiverio a los tuyos entre las naciones, por las tierras que no conociste. 10 Y dejaré atónitos por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga resplandecer mi espada delante de sus rostros; y todos se sobresaltarán en sus ánimos a cada momento en el día de tu caída. 11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: La espada del rey de Babilonia vendrá sobre ti. 12 Con espadas de fuertes haré caer tu pueblo; todos ellos serán los poderosos de las naciones; y destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será deshecha. 13 Todas sus bestias destruiré de sobre las muchas aguas; ni más las enturbiará pie de hombre, ni pezuña de bestia las enturbiará. 14 Entonces haré asentarse sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová el Señor. 15 Cuando asuele la tierra de Egipto, y la tierra quede despojada de todo cuanto en ella hay, cuando mate a todos los que en ella moran, sabrán que yo soy Jehová. 16 Esta es la endecha, y la cantarán; las hijas de las naciones la cantarán; endecharán sobre Egipto y sobre toda su multitud, dice Jehová el Señor.

17 Aconteció en el año duodécimo, a los quince días del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 18 Hijo de hombre, endecha sobre la multitud de Egipto, y despéñalo a él, y a las hijas de las naciones poderosas, a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la sepultura. 19 Porque eres tan hermoso, desciende, y yace con los incircuncisos. 20 Entre los muertos a espada caerá; a la espada es entregado; traedlo a él y a todos sus pueblos. 21 De en medio del Seol hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que descendieron y yacen con los incircuncisos muertos a espada.

22 Allí está Asiria con toda su multitud; en derredor de él están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos a espada. 23 Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa, y su gente está por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales sembraron el terror en la tierra de los vivientes.

24 Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro. 25 En medio de los muertos le pusieron lecho con toda su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque fue puesto su espanto en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro; él fue puesto en medio de los muertos.

26 Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud; sus sepulcros en sus alrededores; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes. 27 Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes. 28 Tú, pues, serás quebrantado entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada.

29 Allí Edom, sus reyes y todos sus príncipes, los cuales con su poderío fueron puestos con los muertos a espada; ellos yacerán con los incircuncisos, y con los que descienden al sepulcro.

30 Allí los príncipes del norte, todos ellos, y todos los sidonios, que con su terror descendieron con los muertos, avergonzados de su poderío, yacen también incircuncisos con los muertos a espada, y comparten su confusión con los que descienden al sepulcro.

31 A estos verá Faraón, y se consolará sobre toda su multitud; Faraón muerto a espada, y todo su ejército, dice Jehová el Señor. 32 Porque puse mi terror en la tierra de los vivientes, también Faraón y toda su multitud yacerán entre los incircuncisos con los muertos a espada, dice Jehová el Señor.

El deber del atalaya

(Ez. 3.16-21)

33 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, este fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.

A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.

El camino de Dios es justo

(Ez. 18.21-32)

10 Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? 11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? 12 Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. 13 Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo. 14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, 15 si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. 16 No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente.

17 Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el que no es recto. 18 Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello. 19 Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello. 20 Y dijisteis: No es recto el camino del Señor. Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos.

Nuevas de la caída de Jerusalén

21 Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido conquistada.(B) 22 Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes de llegar el fugitivo, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y ya no más estuve callado.

23 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 24 Hijo de hombre, los que habitan aquellos lugares asolados en la tierra de Israel hablan diciendo: Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos; a nosotros nos es dada la tierra en posesión. 25 Por tanto, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Comeréis con sangre, y a vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y derramaréis sangre, y poseeréis vosotros la tierra? 26 Estuvisteis sobre vuestras espadas, hicisteis abominación, y contaminasteis cada cual a la mujer de su prójimo; ¿y habréis de poseer la tierra? 27 Les dirás así: Así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que los que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al que está sobre la faz del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán. 28 Y convertiré la tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su poderío; y los montes de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase. 29 Y sabrán que yo soy Jehová, cuando convierta la tierra en soledad y desierto, por todas las abominaciones que han hecho.

30 Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová. 31 Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. 32 Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. 33 Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.

Profecía contra los pastores de Israel

34 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor,(C) y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.

Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. 10 Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.

11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. 13 Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. 14 En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. 15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. 16 Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia.

17 Mas en cuanto a vosotras, ovejas mías, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos. 18 ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con vuestros pies las que quedan? 19 Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado.

20 Por tanto, así les dice Jehová el Señor: He aquí yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca, 21 por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis. 22 Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor.(D) 24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos.(E) Yo Jehová he hablado.

25 Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. 26 Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. 27 Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. 28 No serán más por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante. 29 Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las naciones. 30 Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. 31 Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.

Lamento por el faraón

32 El día primero del mes duodécimo del año duodécimo, el Señor me dirigió la palabra: «Hijo de hombre, entona este lamento dedicado al faraón, rey de Egipto:

»“Pareces un león entre las naciones;
    eres semejante a un monstruo marino
chapoteando en el río;
    con tus patas enturbias el agua
    y revuelves sus corrientes.

»”Así dice el Señor y Dios:

»” Aunque estés entre numerosos pueblos,
    tenderé sobre ti mi red
    y te atraparé con ella.
Te arrastraré por tierra
    y en pleno campo te dejaré tendido.
Dejaré que sobre ti se posen
    todas las aves del cielo.
Dejaré que con tu carne
    se sacien todas las bestias de la tierra.
Desparramaré tu carne por los montes
    y con tu carroña llenaré los valles.
Con tu sangre empaparé la tierra
    hasta la cima de las montañas;
    con tu sangre llenaré los canales de los ríos.
Cuando te hayas consumido,
    haré que el cielo se oscurezca
    y se apaguen las estrellas;
cubriré el sol con una nube,
    y no brillará más la luna.
Todos los astros brillantes de los cielos,
    los oscureceré sobre ti;
    traeré oscuridad sobre la tierra,
    afirma el Señor y Dios.
Yo turbaré el corazón de muchos pueblos
    cuando provoque tu destrucción,
    aún entre las naciones que no conocías.
10 Haré que por ti muchos pueblos queden consternados.
    Cuando yo esgrima mi espada delante de ellos,
    sus reyes se estremecerán.
En el día de tu caída,
    en todo momento temblarán de miedo
    por temor a perder la vida.

11 »”Así dice el Señor y Dios:

»”La espada del rey de Babilonia
    vendrá contra ti.
12 Haré que tus multitudes caigan a filo de espada,
    empuñada por los guerreros
    más crueles entre las naciones.
Ellos arrasarán la soberbia de Egipto
    y toda su multitud será derrotada.
13 Voy a destruir todo el ganado
    que pasta junto a las aguas abundantes;
nunca más serán enturbiadas
    por hombres ni animales.
14 Entonces dejaré que las aguas se asienten
    y que corran tranquilas, como el aceite,
    afirma el Señor y Dios.
15 Cuando deje en ruinas a Egipto,
    la despoje de todo lo que hay en su tierra
y hiera a todos los que la habitan,
    entonces sabrán que yo soy el Señor ”.

16 »Este es el lamento que las ciudades de las naciones entonarán sobre Egipto y toda su multitud, afirma el Señor y Dios».

17 En el día quince del mes duodécimo del año duodécimo, el Señor me dirigió la palabra: 18 «Hijo de hombre, entona un lamento sobre las multitudes de Egipto y, junto con las ciudades de las naciones más poderosas, hazlas descender con los que bajan a la fosa, a las regiones más profundas. 19 Pregúntales: “¿Se creen acaso más privilegiados que otros? ¡Pues bajen y tiéndanse entre los paganos!”.[a] 20 Y caerán entre los que murieron a filo de espada. Ya tienen la espada en la mano: ¡que se arrastre a Egipto y a sus multitudes! 21 Allí en los dominios de la muerte,[b] los guerreros más fuertes y valientes hablarán de Egipto y de sus aliados. Y dirán: “¡Ya han descendido! ¡Yacen tendidos entre los paganos que murieron a filo de espada!”.

22 »Allí está Asiria, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos murieron a filo de espada. 23 Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes yacen muertos, víctimas de la espada. Ahora están sepultados en lo más profundo de la fosa, tendidos alrededor de su tumba.

24 »Allí está Elam, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos murieron a filo de espada. Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes bajaron como paganos a lo más profundo de la fosa. Yacen tendidos sin honor entre los que descendieron a la fosa. 25 A Elam le han preparado una cama en medio de los muertos, entre los paganos que murieron a filo de espada y que ahora rodean su tumba. Ellos sembraron el terror en la tierra de los vivientes, pero ahora yacen tendidos sin honor entre los que descendieron a la fosa. Allí quedaron, entre gente que murió asesinada.

26 »Allí están Mésec y Tubal, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos son paganos, muertos a filo de espada porque sembraron el terror en la tierra de los vivientes. 27 No yacen con los héroes caídos de entre los paganos, que bajaron a los dominios de la muerte con sus armas de guerra y que tienen sus espadas bajo la cabeza. El castigo de sus pecados cayó sobre sus huesos, porque estos héroes sembraron el terror en la tierra de los vivientes.

28 »Ahí estarás tú, faraón, en medio de los paganos, abatido y sepultado junto con los que murieron a filo de espada.

29 »Allí está Edom, con sus reyes y príncipes. A pesar de todo su poder, también ellos yacen tendidos junto a los que murieron a filo de espada. Yacen entre los paganos, con los que descendieron a la fosa.

30 »Allí están todos los príncipes del norte, y todos los de Sidón. A pesar del terror que sembraron con su poderío, también ellos bajaron, envueltos en deshonra, con los que murieron a filo de espada. Son paganos, y ahora yacen tendidos entre los que murieron a filo de espada, en medio de los que descendieron a la fosa.

31 »El faraón los verá y se consolará de la muerte de toda su gente, pues él y todo su ejército morirán a filo de espada, afirma el Señor y Dios. 32 Aunque yo hice que el faraón sembrara el terror en la tierra de los vivientes, él y todo su ejército serán sepultados entre los paganos, con los que murieron a filo de espada, afirma el Señor y Dios».

El profeta, centinela de su pueblo

33 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, habla con tu pueblo y dile: “Cuando yo envío la espada a algún país, y la gente de ese país escoge a un hombre y lo pone por centinela, si este ve venir la espada sobre el país, toca la trompeta para advertir al pueblo. Entonces, si alguien escucha la trompeta, pero no se da por advertido, y llega la espada y lo mata, él mismo será el culpable de su propia muerte. Como escuchó el sonido de la trompeta, pero no prestó atención, será responsable de su propia muerte, pues si hubiera estado atento se habría salvado. Ahora bien, si el centinela ve venir la espada y no toca la trompeta para prevenir al pueblo, y viene la espada y mata a alguien, esa persona perecerá por su maldad, pero al centinela yo le pediré cuentas de esa muerte”.

»Hijo de hombre, a ti te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Por tanto, cuando oigas mi palabra, adviértele de mi parte. Cuando yo diga al malvado: “¡Vas a morir!”, y tú no le adviertes al malvado de su mala conducta, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte. En cambio, si tú adviertes al malvado que cambie su mala conducta y no lo hace, él morirá por causa de su pecado, pero tú habrás salvado tu vida.

10 »Hijo de hombre, di a los israelitas: “Ustedes dicen: ‘Nuestras rebeliones y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y nos estamos consumiendo en vida. ¿Cómo podremos vivir?’ ”. 11 Diles: “Tan cierto como que yo vivo, afirma el Señor y Dios, no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”.

12 »Tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: “Al justo no lo salvará su justicia el día en que desobedezca; y la maldad del impío no le será motivo de tropiezo si se convierte. Si el justo desobedece, no se podrá salvar por su justicia anterior. 13 Si yo digo al justo: ‘¡Vivirás!’, pero él confía en su propia justicia y hace lo malo, no se tomará en cuenta su justicia, sino que morirá por causa de la maldad que cometió. 14 En cambio, si digo al malvado: ‘¡Morirás!’, pero luego él se convierte de su pecado y actúa con justicia y rectitud, 15 y devuelve lo que tomó en prenda y restituye lo que robó, y obedece los estatutos de vida, sin cometer ninguna iniquidad, ciertamente vivirá y no morirá. 16 No se tomarán en cuenta contra él todos los pecados que antes cometió y vivirá por haber actuado con justicia y rectitud”.

17 »Los hijos de tu pueblo dicen: “El Señor es injusto”. En realidad, son ellos los injustos. 18 Si el justo se aparta de su justicia y hace lo malo, morirá a causa de ello. 19 Y, si el malvado deja de hacer lo malo y actúa con justicia y rectitud, vivirá. 20 Sin embargo, ustedes siguen diciendo: “El Señor es injusto”. Pero yo, israelitas, los juzgaré a cada uno de ustedes según su conducta».

La caída de Jerusalén

21 El día quinto del mes décimo del año duodécimo de nuestro exilio, un fugitivo que había huido de Jerusalén vino y me dio esta noticia: «La ciudad ha sido conquistada». 22 La noche anterior, antes de que el fugitivo llegara hasta mí por la mañana, la mano del Señor vino sobre mí y abrió mi boca. Así fue abierta mi boca y dejé de estar en silencio.

23 Luego la palabra del Señor vino a mí y me dijo: 24 «Hijo de hombre, la gente que vive en esas ruinas en la tierra de Israel anda diciendo: “Si Abraham, que era uno solo, llegó a poseer todo el país, con mayor razón nosotros, que somos muchos, habremos de recibir la tierra en posesión”. 25 Por tanto, adviérteles que así dice el Señor y Dios: “Ustedes comen carne con sangre, adoran a sus ídolos y derraman sangre, ¿y aun así pretenden poseer el país? 26 Además, confían en sus espadas, cometen abominaciones, cada uno de ustedes deshonra a la mujer de su prójimo, ¿y aun así pretenden poseer el país?”.

27 »Por tanto, adviérteles que así dice el Señor y Dios: “Tan cierto como que yo vivo, los que habitan en las ruinas morirán a filo de espada; a los que andan por el campo abierto los daré como pasto a las fieras; los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán a causa de la plaga. 28 Convertiré la tierra en un desierto desolado y se acabará el orgullo de su poder. Los montes de Israel quedarán devastados y nadie más pasará por ellos. 29 Entonces sabrán que yo soy el Señor, cuando haya convertido la tierra en un desierto desolado, por culpa de todas las abominaciones que han cometido”.

30 »En cuanto a ti, hijo de hombre, los de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las puertas de las casas. Se dicen unos a otros: “Vamos a escuchar el mensaje que nos envía el Señor”. 31 Acuden a ti en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero sus corazones[c] solo buscan las ganancias injustas. 32 En realidad, tú eres para ellos tan solo alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa y toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica.

33 »No obstante, cuando todo esto suceda —y en verdad está a punto de cumplirse—, sabrán que hubo un profeta entre ellos».

Pastores y ovejas

34 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el Señor y Dios: “¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que solo se cuidan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño? Ustedes se beben la leche, se visten con la lana y matan las ovejas más gordas, pero no cuidan del rebaño. No fortalecen a la débil, no cuidan de la enferma ni curan a la herida. No han traído a la descarriada ni buscan a la perdida. Al contrario, tratan al rebaño con crueldad y violencia. Por eso las ovejas se han dispersado: ¡por falta de pastor! Y cuando se dispersaron se convirtieron en alimento de las bestias del campo. Mis ovejas vagan por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe por buscarlas.

»”Por tanto, pastores, escuchen bien la palabra del Señor. El Señor y Dios afirma: Por falta de pastor mis ovejas han sido objeto del pillaje y han estado a merced de las bestias del campo. Mis pastores no se ocupan de mis ovejas; cuidan de sí mismos, pero no de mis ovejas. Tan cierto como que yo vivo, esto es así. Por tanto, pastores, escuchen la palabra del Señor. 10 Así dice el Señor y Dios: Yo estoy en contra de los pastores. Les pediré cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis ovejas y no se apacentarán más a sí mismos. Rescataré mis ovejas de su boca, para que no les sirvan de alimento.

11 »”Así dice el Señor y Dios: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño. 12 Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, fueron dispersadas. 13 Yo las sacaré de entre las naciones; las reuniré de los países y las llevaré a su tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en los canales de los ríos y en todos los poblados del país. 14 Las haré pastar en los mejores prados y en los montes altos de Israel estará su pastizal. Allí descansarán en un buen lugar de pastoreo y se alimentarán de los mejores pastos de los montes de Israel. 15 Yo mismo apacentaré mi rebaño y lo llevaré a descansar, afirma el Señor y Dios. 16 Buscaré a las perdidas, haré volver a las descarriadas, vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles, pero destruiré a la robusta y fuerte. Yo las pastorearé con justicia.

17 »”En cuanto a ti, rebaño mío, esto es lo que dice el Señor y Dios: Juzgaré entre ovejas y ovejas, y entre carneros y machos cabríos. 18 ¿No les basta con comerse los mejores pastos, sino que tienen también que pisotear lo que queda? ¿No les basta con beber agua limpia, sino que tienen que enturbiar el resto con las patas? 19 Por eso mis ovejas tienen ahora que comerse el pasto que ustedes han pisoteado y beberse el agua que ustedes han enturbiado.

20 »”Por eso, así dice el Señor y Dios: Yo mismo voy a juzgar entre las ovejas gordas y las flacas. 21 Por cuanto han empujado con el costado y con el hombro, y han atacado a cornadas a las más débiles, hasta dispersarlas, 22 voy a salvar a mis ovejas, y ya no les servirán de presa. Yo juzgaré entre una oveja y otra. 23 Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las apacentará y será su único pastor. 24 Yo, el Señor, seré su Dios y mi siervo David será su príncipe. Yo, el Señor, lo he dicho.

25 »”Estableceré con ellos un pacto de paz: haré desaparecer del país a las bestias feroces, para que mis ovejas puedan vivir en el desierto y dormir en los bosques con seguridad. 26 Haré de ellos y los alrededores de mi colina una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno. 27 Los árboles del campo darán su fruto, la tierra entregará sus cosechas y ellas vivirán seguras en su propia tierra. Y, cuando yo haga pedazos su yugo y las libere de sus tiranos, entonces sabrán que yo soy el Señor. 28 Ya no volverán a ser presa de las naciones ni serán devoradas por las bestias de la tierra. Vivirán seguras y nadie les infundirá temor. 29 Les daré una tierra famosa por sus cosechas. No sufrirán hambre en la tierra ni tendrán que soportar los insultos de las naciones. 30 Entonces sabrán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos y que ellos, el pueblo de Israel, son mi pueblo. Yo, el Señor y Dios, lo afirmo. 31 Ustedes son las ovejas de mi prado y yo soy su Dios, afirma el Señor y Dios”».

Footnotes

  1. 32:19 paganos. Lit. incircuncisos.
  2. 32:21 los dominios de la muerte. Lit. el Seol.
  3. 33:31 corazones. En la Biblia, corazón se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.