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Profecía contra el monte de Seir

35 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte de Seir,(A) y profetiza contra él, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh monte de Seir, y extenderé mi mano contra ti, y te convertiré en desierto y en soledad. A tus ciudades asolaré, y tú serás asolado; y sabrás que yo soy Jehová. Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo extremadamente malo, por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, que a sangre te destinaré, y sangre te perseguirá; y porque la sangre no aborreciste, sangre te perseguirá. Y convertiré al monte de Seir en desierto y en soledad, y cortaré de él al que vaya y al que venga. Y llenaré sus montes de sus muertos; en tus collados, en tus valles y en todos tus arroyos, caerán muertos a espada. Yo te pondré en asolamiento perpetuo, y tus ciudades nunca más se restaurarán; y sabréis que yo soy Jehová.

10 Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y tomaré posesión de ellas; estando allí Jehová; 11 por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, yo haré conforme a tu ira, y conforme a tu celo con que procediste, a causa de tus enemistades con ellos; y seré conocido en ellos, cuando te juzgue. 12 Y sabrás que yo Jehová he oído todas tus injurias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: Destruidos son, nos han sido dados para que los devoremos. 13 Y os engrandecisteis contra mí con vuestra boca, y multiplicasteis contra mí vuestras palabras. Yo lo oí. 14 Así ha dicho Jehová el Señor: Para que toda la tierra se regocije, yo te haré una desolación. 15 Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, así te haré a ti; asolado será el monte de Seir, y todo Edom, todo él; y sabrán que yo soy Jehová.

Restauración futura de Israel

36 Tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: Montes de Israel, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto el enemigo dijo de vosotros: ¡Ea! también las alturas eternas nos han sido dadas por heredad; profetiza, por tanto, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto os asolaron y os tragaron de todas partes, para que fueseis heredad de las otras naciones, y se os ha hecho caer en boca de habladores y ser el oprobio de los pueblos, por tanto, montes de Israel, oíd palabra de Jehová el Señor: Así ha dicho Jehová el Señor a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles, a las ruinas y asolamientos y a las ciudades desamparadas, que fueron puestas por botín y escarnio de las otras naciones alrededor; por eso, así ha dicho Jehová el Señor: He hablado por cierto en el fuego de mi celo contra las demás naciones, y contra todo Edom, que se disputaron mi tierra por heredad con alegría, de todo corazón y con enconamiento de ánimo, para que sus expulsados fuesen presa suya. Por tanto, profetiza sobre la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, y a los arroyos y a los valles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado el oprobio de las naciones. Por lo cual así ha dicho Jehová el Señor: Yo he alzado mi mano, he jurado que las naciones que están a vuestro alrededor han de llevar su afrenta.

Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestras ramas, y llevaréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque cerca están para venir. Porque he aquí, yo estoy por vosotros, y a vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados. 10 Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la casa de Israel, toda ella; y las ciudades serán habitadas, y edificadas las ruinas. 11 Multiplicaré sobre vosotros hombres y ganado, y serán multiplicados y crecerán; y os haré morar como solíais antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios; y sabréis que yo soy Jehová. 12 Y haré andar hombres sobre vosotros, a mi pueblo Israel; y tomarán posesión de ti, y les serás por heredad, y nunca más les matarás los hijos. 13 Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto dicen de vosotros: Comedora de hombres, y matadora de los hijos de tu nación has sido; 14 por tanto, no devorarás más hombres, y nunca más matarás a los hijos de tu nación, dice Jehová el Señor. 15 Y nunca más te haré oír injuria de naciones, ni más llevarás denuestos de pueblos, ni harás más morir a los hijos de tu nación, dice Jehová el Señor.

16 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 17 Hijo de hombre, mientras la casa de Israel moraba en su tierra, la contaminó con sus caminos y con sus obras; como inmundicia de menstruosa fue su camino delante de mí. 18 Y derramé mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos la contaminaron. 19 Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras les juzgué. 20 Y cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo de Jehová, y de la tierra de él han salido. 21 Pero he tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde fueron.

22 Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. 23 Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. 24 Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. 25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. 28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.(B) 29 Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. 30 Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones. 31 Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. 32 No lo hago por vosotros, dice Jehová el Señor, sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por vuestras iniquidades, casa de Israel.

33 Así ha dicho Jehová el Señor: El día que os limpie de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas. 34 Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron. 35 Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como el huerto de Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas. 36 Y las naciones que queden en vuestros alrededores sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado, y planté lo que estaba desolado; yo Jehová he hablado, y lo haré.

37 Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto; multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños. 38 Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes, así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que yo soy Jehová.

El valle de los huesos secos

37 La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies;(C) un ejército grande en extremo.

11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

La reunión de Judá e Israel

15 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 16 Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros. 17 Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano. 18 Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?, 19 diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano. 20 Y los palos sobre los que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos, 21 y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; 22 y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos. 23 Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios.

24 Mi siervo David será rey sobre ellos,(D) y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra. 25 Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre. 26 Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. 27 Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.(E) 28 Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a Israel, estando mi santuario en medio de ellos para siempre.

Profecía contra Edom

35 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, vuélvete hacia la montaña de Seír y profetiza contra ella. Adviértele que así dice el Señor y Dios: “Aquí estoy contra ti, montaña de Seír. Contra ti extenderé mi mano, y te convertiré en un desierto desolado. Tus ciudades serán destruidas, y tú quedarás en ruinas. Entonces sabrás que yo soy el Señor.

»”Porque mantienes una antigua enemistad entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el día de su castigo final. Por lo tanto, tan cierto como que yo vivo, afirma el Señor y Dios, te entregaré a la sangre y la sangre te perseguirá. Porque no aborreciste el derramamiento de sangre, esta te perseguirá. Haré de la montaña de Seír un desierto desolado y exterminaré a todo el que pase o venga por allí. Llenaré de heridos tus montes; los que han muerto a filo de espada cubrirán tus colinas, tus valles y los canales de tus ríos. Para siempre te convertiré en una ruina perpetua; tus ciudades quedarán deshabitadas. Entonces sabrás que yo soy el Señor.

10 »”Porque tú has dicho: ‘Estas dos naciones y los dos territorios serán míos, yo seré su dueño’, aunque yo el Señor estaba allí. 11 Por lo tanto, tan cierto como que yo vivo, haré contigo conforme al furor y celo con que tú actuaste en tu odio contra ellos, afirma el Señor y Dios. Y cuando yo te juzgue me daré a conocer entre ellos. 12 Entonces sabrás que yo, el Señor, he oído todas las injurias que has proferido contra las montañas de Israel. Tú dijiste: ‘¡Están devastados, nos han sido entregados para devorarlos!’. 13 Me has desafiado con arrogancia y has multiplicado tus palabras contra mí; yo te he escuchado. 14 Así dice el Señor y Dios: Para alegría de toda la tierra, te dejaré en ruinas. 15 Así como se alegraron cuando quedó desolada la herencia del pueblo de Israel, también yo me alegraré de ti. Tú, montaña de Seír, y todo el territorio de Edom quedarán desolados. Así sabrán que yo soy el Señor”.

Profecía sobre las montañas de Israel

36 »Tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel y diles: “Montes de Israel, escuchen la palabra del Señor. Así dice el Señor y Dios: El enemigo se ha burlado de ustedes diciendo: ‘Las antiguas montañas ya son nuestras’ ”. Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor y Dios: “A ustedes los han asolado y arrasado por todas partes. Se han convertido en posesión del resto de las naciones y además han sido objeto de burla y de insultos de la gente. Por eso, montes de Israel, escuchen la palabra del Señor y Dios. Así habla el Señor y Dios a los montes y a las colinas, a los canales de los ríos y a los valles, a las ruinas desoladas y a los pueblos deshabitados, saqueados y escarnecidos por los pueblos vecinos. Esto dice el Señor y Dios: En el ardor de mi celo me he pronunciado contra el resto de las naciones y contra todo Edom, porque con mucha alegría y malicia en su corazón[a] se han apoderado de mi tierra para destruirla y saquearla”. Por eso, profetiza acerca de la tierra de Israel. Adviérteles a los montes y a las colinas, a los canales de los ríos y a los valles, que así dice el Señor y Dios: “En mi celo y en mi furor he hablado, porque ustedes han sufrido la deshonra de las naciones. Por eso, así dice el Señor y Dios: Juro solemnemente con la mano en alto que las naciones vecinas también sufrirán su propia deshonra.

»”Ustedes, en cambio, montes de Israel, echarán ramas y producirán frutos para mi pueblo Israel, porque pronto volverán a casa. Yo estoy preocupado por ustedes y los voy a proteger. Ustedes, los montes, volverán a ser sembrados y cultivados; 10 multiplicaré al pueblo de Israel. Las ciudades serán repobladas y reconstruidas las ruinas. 11 Haré que tanto los hombres como los animales se multipliquen; serán fecundos y numerosos. Los poblaré como en tiempos pasados y los haré prosperar más que antes. Entonces sabrán que yo soy el Señor. 12 Haré que mi pueblo Israel transite por el territorio de ustedes. Él te poseerá y tú serás parte de su herencia; nunca más los privarás de sus hijos.

13 »”Así dice el Señor y Dios: Por cuanto te han dicho que devoras a la gente y dejas sin hijos a tu propio pueblo, 14 el Señor y Dios afirma: Ya no devorarás más a la gente ni dejarás sin hijos a tu pueblo. 15 Nunca más te haré oír el ultraje de las naciones; no tendrás que volver a soportar los insultos de los pueblos, ni serás causa de tropiezo para tu nación, afirma el Señor y Dios”».

16 La palabra del Señor vino a mí otra vez y me dijo: 17 «Hijo de hombre, cuando los israelitas habitaban en su propia tierra, ellos mismos la contaminaron con su conducta y sus acciones. Su conducta ante mí era semejante a la impureza de una mujer en sus días de menstruación. 18 Por eso, por haber derramado tanta sangre sobre la tierra y por haberla contaminado con sus ídolos, desaté mi furor contra ellos. 19 Los dispersé entre las naciones y quedaron esparcidos entre diversos pueblos. Los juzgué según su conducta y sus acciones. 20 Pero al llegar a las distintas naciones, ellos profanaban mi santo nombre, pues se decía de ellos: “Son el pueblo del Señor, pero han tenido que abandonar su tierra”. 21 Así que tuve que defender mi santo nombre, el cual los israelitas profanaban entre las naciones por donde iban.

22 »Por eso, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor y Dios: “Voy a actuar, pero no por ustedes, sino por causa de mi santo nombre, que ustedes han profanado entre las naciones por donde han ido. 23 Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor, afirma el Señor y Dios.

24 »”Los sacaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los pueblos y los haré regresar a su propia tierra. 25 Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías. 26 Les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes; quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne. 27 Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes. 28 Vivirán en la tierra que di a sus antepasados; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. 29 Los libraré de todas sus impurezas. Haré que tengan trigo en abundancia y no permitiré que pasen hambre. 30 Multiplicaré el fruto de los árboles y las cosechas del campo para que no sufran más entre las naciones la deshonra de pasar hambre. 31 Así se acordarán ustedes de su mala conducta y de sus acciones perversas; además, sentirán vergüenza por sus propias iniquidades y abominaciones. 32 Y quiero que sepan que esto no lo hago por consideración a ustedes, afirma el Señor y Dios. ¡Avergüéncense y humíllense por su conducta, pueblo de Israel!”.

33 »Así dice el Señor y Dios: El día que yo los purifique de todas sus iniquidades, poblaré las ciudades y reconstruiré las ruinas. 34 Se cultivará la tierra desolada; ya no estará desierta a la vista de cuantos pasan por ella. 35 Entonces se dirá: “Esta tierra, que antes yacía devastada, es ahora un jardín de Edén; las ciudades que antes estaban en ruinas, desoladas y destruidas, están ahora habitadas y fortificadas”. 36 Entonces las naciones que quedaron a su alrededor sabrán que yo, el Señor, reconstruí lo que estaba derribado y replanté lo que había quedado como desierto. Yo, el Señor, lo he dicho y lo cumpliré.

37 »Así dice el Señor y Dios: Una vez más cederé a la súplica del pueblo de Israel y haré esto por ellos: haré que su pueblo sea tan numeroso como un rebaño. 38 Tan numeroso como el rebaño para las ofrendas en Jerusalén durante las fiestas solemnes; así se llenarán de multitudes las ciudades en ruinas. Entonces sabrán que yo soy el Señor».

El valle de los huesos secos

37 La mano del Señor vino sobre mí; su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Me hizo pasearme entre ellos, de un lado para otro. Pude ver que los huesos que cubrían el valle estaban muy secos y eran muchos. Entonces me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?».

Y yo contesté: «Señor y Dios, tú lo sabes».

Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! Así dice el Señor y Dios a estos huesos: ‘Yo haré entrar en ustedes espíritu y vivirán. Les pondré tendones, haré que les salga carne, los cubriré de piel y les daré aliento de vida. Así vivirán y sabrán que yo soy el Señor’ ”».

Tal y como me lo ordenó, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. Yo me fijé y vi que en ellos aparecían tendones, les salía carne y se recubrían de piel. ¡Pero no había espíritu en ellos!

Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; profetiza al espíritu y dile: “Esto ordena el Señor y Dios: ‘Espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos y vivirán’ ”». 10 Yo profeticé, tal como él me lo había ordenado y el espíritu entró en ellos; entonces vivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!

11 Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!”. 12 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor y Dios: “Pueblo mío, abriré tus tumbas, te sacaré de ellas y te haré regresar a la tierra de Israel. 13 Y, cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. 14 Pondré mi Espíritu en ustedes y vivirán. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho y lo cumpliré, afirma el Señor”».

Unificación de Judá e Israel

15 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: 16 «Hijo de hombre, toma una vara y escribe sobre ella: “Para Judá y sus aliados los israelitas”. Luego toma otra vara y escribe: “Para José, vara de Efraín y todos sus aliados los israelitas”. 17 Júntalas, la una con la otra, de modo que formen una sola vara en tu mano.

18 »Cuando la gente de tu pueblo te pregunte: “¿Qué significa todo esto?”, 19 tú responderás que así dice el Señor y Dios: “Voy a tomar la vara de José que está en la mano de Efraín y a las tribus de Israel que están unidas a él, y la juntaré a la vara de Judá. Así haré con ellos una sola vara y en mi mano serán una sola”. 20 Sostén en tu mano las varas sobre las cuales has escrito, para que las vean. 21 Entonces adviérteles que así dice el Señor y Dios: “Tomaré a los israelitas de entre las naciones por donde han andado; los reuniré de todas partes y los haré regresar a su propia tierra. 22 Y en esta tierra, en los montes de Israel, haré de ellos una sola nación. Todos estarán bajo un solo rey; nunca más serán dos naciones ni estarán divididos en dos reinos. 23 Ya no se contaminarán más con sus ídolos, ni con sus iniquidades ni actos abominables. Yo los libraré y los purificaré de todas sus infidelidades.[b] Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

24 »”Mi siervo David será su rey y todos tendrán un solo pastor. Caminarán según mis leyes, cumplirán mis estatutos y los pondrán en práctica. 25 Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, donde vivieron sus antepasados. Ellos, sus hijos y sus nietos vivirán allí para siempre y mi siervo David será su príncipe eterno. 26 Y haré con ellos un pacto de paz. Será un pacto eterno. Y los estableceré y haré que se multipliquen; pondré mi santuario entre ellos para siempre. 27 Habitaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 28 Y, cuando mi santuario esté para siempre en medio de ellos, las naciones sabrán que yo, el Señor, he hecho de Israel un pueblo santo”».

Footnotes

  1. 36:5 corazón. En la Biblia se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
  2. 37:23 infidelidades (mss. hebreos y LXX); moradas (TM).