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Por eso, la maldición devora la tierra,
son castigados los que habitan en ella.
Por eso, se consumen los que habitan la tierra,
sólo quedan unas pocas personas.
Se pierde el mosto, se agosta la vid,
se lamenta la gente dicharachera.
Enmudece la alegría de los panderos,
han cesado bullicio y diversión,
enmudece la alegría de la cítara.

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