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«Por un corto instante te abandoné,
pero con bondad inmensa te volveré a unir conmigo.
En un arranque de enojo, por un momento, me oculté de ti,
pero con amor eterno te tuve compasión.»
Lo dice el Señor, tu redentor.

«Así como juré a Noé, cuando el diluvio,
no volver a inundar la tierra,
así juro ahora
no volver a enojarme contigo
ni volver a amenazarte.

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