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Su lengua es como una flecha envenenada;
    su boca sólo dice mentiras.
Le hablan amablemente a su semejante
    pero en su interior planean aprovecharse de él.
¿Es que no he de castigarlos por todo eso?
    ¿Acaso no voy a darle lo que se merece a un pueblo de esa calaña?»
    Lo dice el SEÑOR.

10 «Lloraré y gemiré por los montes;
    entonaré una canción fúnebre por las praderas del desierto,
porque están tan desoladas
    que ya nadie pasa por ellas.
Ya no se oye el mugido del ganado;
    los pájaros se han ido lejos, los animales han huido.

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