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17 Aun han desfallecido nuestros ojos esperando en vano nuestro socorro;

En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede salvar.

18 Cazaron nuestros pasos, para que no anduviésemos por nuestras calles;

Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días; porque llegó nuestro fin.

19 Ligeros fueron nuestros perseguidores más que las águilas del cielo;

Sobre los montes nos persiguieron, en el desierto nos pusieron emboscadas.

20 El aliento de nuestras vidas, el ungido de Jehová,

De quien habíamos dicho: A su sombra tendremos vida entre las naciones, fue apresado en sus lazos.

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Ayin

17 Para colmo, desfallecen nuestros ojos
    esperando en vano que alguien nos ayude.
Desde nuestras torres estamos en espera
    de una nación que no puede salvarnos.

Tsade

18 A cada paso nos acechan;
    no podemos ya andar por las calles.
Nuestro fin se acerca, nos ha llegado la hora;
    ¡nuestros días están contados!

Qof

19 Nuestros perseguidores resultaron
    más veloces que las águilas del cielo;
nos persiguieron por las montañas,
    nos acecharon en el desierto.

Resh

20 También cayó en sus redes el ungido del Señor,
    que era el aliento de nuestras vidas.
Era él de quien decíamos:
    ¡Viviremos bajo su sombra entre las naciones!

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