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24 El discípulo no es más que su maestro,(A) ni el siervo más que su señor.(B) 25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú,(C) ¿cuánto más a los de su casa?

A quién se debe temer

(Lc. 12.2-9)

26 Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.(D) 27 Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. 28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. 29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados. 31 Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos. 32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.(E)

Jesús, causa de división

(Lc. 12.49-53; 14.26-27)

34 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su casa.(F) 37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.(G) 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.(H)

Recompensas

(Mr. 9.41)

40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe;(I) y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.(J) 41 El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. 42 Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

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24 »Ningún discípulo es más que su maestro, y ningún criado es más que su amo. 25 El discípulo debe conformarse con llegar a ser como su maestro, y el criado como su amo. Si al jefe de la casa lo llaman Beelzebú, ¿qué dirán de los de su familia?

Hablar sin temor(A)

26 »No tengan, pues, miedo de la gente. Porque no hay nada secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. 27 Lo que les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a la luz del día; y lo que les digo en secreto, grítenlo desde las azoteas de las casas. 28 No tengan miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; teman más bien al que puede hacer perecer alma y cuerpo en el infierno.

29 »¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita. 30 En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. 31 Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.

Reconocer a Jesucristo delante de los hombres(B)

32 »Si alguien se declara a mi favor delante de los hombres, yo también me declararé a favor de él delante de mi Padre que está en el cielo; 33 pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.

Jesús, causa de división(C)

34 »No crean que yo he venido a traer paz al mundo; no he venido a traer paz, sino guerra. 35 He venido a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra; 36 de modo que los enemigos de cada cual serán sus propios parientes.

37 »El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no merece ser mío; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no merece ser mío; 38 y el que no toma su cruz y me sigue, no merece ser mío. 39 El que trate de salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa mía, la salvará.

Premios(D)

40 »El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá igual premio que el profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, recibirá el mismo premio que el justo. 42 Y cualquiera que le da siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por ser seguidor mío, les aseguro que tendrá su premio.»

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