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Así que ya no son más dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.

Le dijeron:

—¿Por qué, pues, mandó Moisés darle carta de divorcio y despedirla[a]?

Les dijo:

—Ante su dureza de corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus mujeres; pero desde el principio no fue así.

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