Humillación y exaltación de la dinastía davídica

Ahora, reúne tus tropas, ciudad guerrera,
    porque nos asedian.
Con vara golpearán en la mejilla
    al gobernante de Israel.

Pero tú, Belén Efrata,
    pequeña entre los clanes de Judá,
    de ti saldrá el que gobernará a Israel;
sus orígenes son de un pasado distante,
    desde tiempos antiguos.

Por eso Dios los entregará al enemigo
    hasta que tenga su hijo la que va a ser madre
y vuelva junto al pueblo de Israel
    el resto de sus hermanos.

Él se establecerá y los pastoreará
    con el poder del Señor,
    con la majestad del nombre del Señor su Dios.
Vivirán seguros, porque él dominará
    hasta los confines de la tierra.

¡Él será nuestra paz!
    Si Asiria llegara a invadir nuestro país
    para pisotear nuestras fortalezas,
le haremos frente con siete pastores
    y aun con ocho príncipes del pueblo.
Ellos pastorearán a Asiria con la espada
    y a la tierra de Nimrod con la daga.[a]
Si Asiria llegara a invadir nuestro país,
    si llegara a cruzar nuestras fronteras,
    ¡él nos rescatará!

El remanente

El remanente de Jacob será,
    en medio de muchos pueblos,
como rocío que viene del Señor,
    como abundante lluvia sobre la hierba,
que no depende de los hombres
    ni espera nada de ellos.
El remanente de Jacob será,
    entre las naciones,
    en medio de muchos pueblos,
como un león entre los animales del bosque,
    como un leoncillo entre las ovejas del rebaño,
que al pasar las pisotea y las desgarra
    sin que nadie pueda rescatarlas.
Levantarás la mano contra tus enemigos
    y acabarás con todos tus agresores.

Purificación de un pueblo idólatra y belicoso

10 «En aquel día», afirma el Señor,
«exterminaré tu caballería
    y destruiré tus carros de guerra.
11 Exterminaré las ciudades de tu país
    y derribaré todas tus fortalezas.
12 Pondré fin a tus hechicerías
    y no tendrás más adivinos.
13 Acabaré con tus ídolos
    y con tus piedras sagradas;
nunca más volverás a postrarte
    ante las obras de tus manos.
14 Arrancaré tus imágenes de Aserá
    y reduciré a escombros tus ciudades;
15 con ira y con furor me vengaré
    de las naciones que no me obedecieron».

Footnotes

  1. 5:6 con la daga. Alt. en sus puertas.

El reinado del libertador

«Rodéate ahora de muros,
hija de guerreros,
pues nos han sitiado
y herirán con vara en la mejilla
al juez de Israel.
Pero tú, Belén Efrata,
tan pequeña entre las familias de Judá,
de ti ha de salir el que será Señor en Israel;
sus orígenes se remontan al inicio de los tiempos,
a los días de la eternidad.
Pero los dejará
hasta el tiempo que dé a luz
la que ha de dar a luz,
y el resto de sus hermanos
volverá junto a los hijos de Israel.
Y él se levantará y los apacentará
con el poder de Jehová,
con la grandeza del nombre de Jehová, su Dios;
y morarán seguros,
porque ahora será engrandecido
hasta los confines de la tierra.
Él será nuestra paz.
Cuando el asirio venga a nuestra tierra
y entre en nuestros palacios,
entonces enviaremos contra él siete pastores
y ocho hombres principales,
que devastarán a espada la tierra de Asiria,
a filo de espada, la tierra de Nimrod.
Él nos librará del asirio
cuando venga contra nuestra tierra
y pise nuestras fronteras.
El remanente de Jacob
será en medio de muchos pueblos
como el rocío de Jehová,
como lluvias que caen sobre la hierba,
las cuales no esperan al hombre,
ni aguardan para nada a los hijos de los hombres.
Asimismo el remanente de Jacob
será entre las naciones,
en medio de muchos pueblos,
como el león entre las bestias de la selva,
como el cachorro del león
entre las manadas de ovejas,
el cual pasa, pisotea y arrebata,
y no hay presa que de él escape.
Tu mano se alzará sobre tus enemigos,
y todos tus adversarios serán destruidos.

10 »Acontecerá en aquel día, dice Jehová,
que haré matar los caballos que posees
y haré destruir tus carros.
11 Haré también destruir las ciudades de tu tierra
y arruinaré todas tus fortalezas.
12 Asimismo extirparé de tus manos las hechicerías,
y no se hallarán en ti adivinos.
13 Destruiré de en medio de ti
tus esculturas y tus imágenes,
y nunca más te inclinarás
ante la obra de tus manos.
14 Arrancaré de en medio de ti
tus imágenes de Asera
y destruiré tus ciudades.
15 Con ira y con furor me vengaré
de las naciones que no obedecieron.»