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Josué es designado como sucesor de Moisés

12 Jehová dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra que he dado a los hijos de Israel. 13 Y después que la hayas visto, tú también serás reunido a tu pueblo, como fue reunido tu hermano Aarón. 14 Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rencilla de la congregación, no santificándome en las aguas a ojos de ellos.(A) Estas son las aguas de la rencilla de Cades en el desierto de Zin.

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Anuncio de la muerte de Moisés

12 El Señor dijo a Moisés:

—Sube al monte Abarín y contempla desde allí la tierra que he dado a los israelitas. 13 Después de que la hayas contemplado, partirás de este mundo para reunirte con tus antepasados, como tu hermano Aarón. 14 En el desierto de Zin, cuando la comunidad se puso a reclamar, ustedes dos se rebelaron contra mí, pues al sacar agua de la roca no reconocieron ante el pueblo mi santidad.

Esas aguas de Meribá están en Cades, en el desierto de Zin.

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No se le permite a Moisés entrar a Canaán

23 Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: 24 Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? 25 Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 26 Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto. 27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán.(A)

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Dios prohíbe a Moisés cruzar el Jordán

23 En aquella ocasión supliqué al Señor: 24 «Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las obras y los prodigios que tú realizas? 25 Déjame pasar y ver la buena tierra al otro lado del Jordán, esa hermosa región montañosa y el Líbano».

26 Pero por causa de ustedes el Señor se enojó conmigo y no me escuchó, sino que me dijo: «¡Basta ya! No me hables más de este asunto. 27 Sube hasta la cumbre del Pisgá y mira al norte, al sur, al este y al oeste. Contempla la tierra con tus propios ojos, porque no vas a cruzar este río Jordán.

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