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21 Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia,(A) la gran ciudad, y nunca más será hallada.(B) 22 Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti;(C) y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. 23 Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti;(D) porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. 24 Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.(E)

Alabanzas en el cielo

19 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.(F) Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.(G) Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.(H) Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas,(I) y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.

La cena de las bodas del Cordero

Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas(J) del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. 10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

El jinete del caballo blanco

11 Entonces vi el cielo abierto;(K) y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego,(L) y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro;(M) y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.(N) 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

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