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146 Aleluya. ALABA, oh alma mía, á Jehová.

Alabaré á Jehová en mi vida: Cantaré salmos á mi Dios mientras viviere.

No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salud.

Saldrá su espíritu, tornaráse en su tierra: En aquel día perecerán sus pensamientos.

Bienaventurado aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, Cuya esperanza es en Jehová su Dios:

El cual hizo los cielos y la tierra, La mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre;

Que hace derecho á los agraviados; Que da pan á los hambrientos: Jehová suelta á los aprisionados;

Jehová abre los ojos á los ciegos; Jehová levanta á los caídos; Jehová ama á los justos.

Jehová guarda á los extranjeros; Al huérfano y á la viuda levanta; Y el camino de los impíos trastorna.

10 Reinará Jehová para siempre; Tu Dios, oh Sión, por generación y generación. Aleluya.

147 ALABAD á JAH, Porque es bueno cantar salmos á nuestro Dios; Porque suave y hermosa es la alabanza.

Jehová edifica á Jerusalem; A los echados de Israel recogerá.

El sana á los quebrantados de corazón, Y liga sus heridas.

El cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres.

Grande es el Señor nuestro, y de mucha potencia; Y de su entendimiento no hay número.

Jehová ensalza á los humildes; Humilla los impíos hasta la tierra.

Cantad á Jehová con alabanza, Cantad con arpa á nuestro Dios.

El es el que cubre los cielos de nubes, El que prepara la lluvia para la tierra, El que hace á los montes producir hierba.

El da á la bestia su mantenimiento, Y á los hijos de los cuervos que claman.

10 No toma contentamiento en la fortaleza del caballo, Ni se complace en las piernas del hombre.

11 Complácese Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia.

12 Alaba á Jehová, Jerusalem; Alaba á tu Dios, Sión.

13 Porque fortificó los cerrojos de tus puertas; Bendijo á tus hijos dentro de ti.

14 El pone en tu término la paz; Te hará saciar de grosura de trigo.

15 El envía su palabra á la tierra; Muy presto corre su palabra.

16 El da la nieve como lana, Derrama la escarcha como ceniza.

17 El echa su hielo como pedazos: Delante de su frío ¿quién estará?

18 Enviará su palabra, y los derretirá: Soplará su viento, y fluirán las aguas.

19 El denuncia sus palabras á Jacob, Sus estatutos y sus juicios á Israel.

20 No ha hecho esto con toda gente; Y no conocieron sus juicios. Aleluya.

Alabanza por la justicia de Dios

Aleluya.

146 Alaba, oh alma mía, a Jehová.

Alabaré a Jehová en mi vida;

Cantaré salmos a mi Dios mientras viva.

No confiéis en los príncipes,

Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.

Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra;

En ese mismo día perecen sus pensamientos.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,

Cuya esperanza está en Jehová su Dios,

El cual hizo los cielos y la tierra,

El mar, y todo lo que en ellos hay;

Que guarda verdad para siempre,

Que hace justicia a los agraviados,

Que da pan a los hambrientos.

Jehová liberta a los cautivos;

Jehová abre los ojos a los ciegos;

Jehová levanta a los caídos;

Jehová ama a los justos.

Jehová guarda a los extranjeros;

Al huérfano y a la viuda sostiene,

Y el camino de los impíos trastorna.

10 Reinará Jehová para siempre;

Tu Dios, oh Sion, de generación en generación.

Aleluya.

Alabanza por el favor de Dios hacia Jerusalén

147 Alabad a JAH,

Porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios;

Porque suave y hermosa es la alabanza.

Jehová edifica a Jerusalén;

A los desterrados de Israel recogerá.

Él sana a los quebrantados de corazón,

Y venda sus heridas.

Él cuenta el número de las estrellas;

A todas ellas llama por sus nombres.

Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder;

Y su entendimiento es infinito.

Jehová exalta a los humildes,

Y humilla a los impíos hasta la tierra.

Cantad a Jehová con alabanza,

Cantad con arpa a nuestro Dios.

Él es quien cubre de nubes los cielos,

El que prepara la lluvia para la tierra,

El que hace a los montes producir hierba.

Él da a la bestia su mantenimiento,

Y a los hijos de los cuervos que claman.

10 No se deleita en la fuerza del caballo,

Ni se complace en la agilidad del hombre.

11 Se complace Jehová en los que le temen,

Y en los que esperan en su misericordia.

12 Alaba a Jehová, Jerusalén;

Alaba a tu Dios, oh Sion.

13 Porque fortificó los cerrojos de tus puertas;

Bendijo a tus hijos dentro de ti.

14 Él da en tu territorio la paz;

Te hará saciar con lo mejor del trigo.

15 Él envía su palabra a la tierra;

Velozmente corre su palabra.

16 Da la nieve como lana,

Y derrama la escarcha como ceniza.

17 Echa su hielo como pedazos;

Ante su frío, ¿quién resistirá?

18 Enviará su palabra, y los derretirá;

Soplará su viento, y fluirán las aguas.

19 Ha manifestado sus palabras a Jacob,

Sus estatutos y sus juicios a Israel.

20 No ha hecho así con ninguna otra de las naciones;

Y en cuanto a sus juicios, no los conocieron.

Aleluya.

15 ADEMAS os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;

Por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.

Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo fué muerto por nuestros pecados conforme á las Escrituras;

Y que fué sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme á las Escrituras;

Y que apareció á Cefas, y después á los doce.

Después apareció á más de quinientos hermanos juntos; de los cuales muchos viven aún, y otros son muertos.

Después apareció á Jacobo; después á todos los apóstoles.

Y el postrero de todos, como á un abortivo, me apareció á mí.

Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios.

10 Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que fué conmigo.

11 Porque, ó sea yo ó sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.

12 Y si Cristo es predicado que resucitó de los muertos ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?

13 Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó:

14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.

15 Y aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él haya levantado á Cristo; al cual no levantó, si en verdad los muertos no resucitan.

16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.

17 Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados.

18 Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos.

19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres.

20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.

22 Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.

23 Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

24 Luego el fin; cuando entregará el reino á Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad.

25 Porque es menester que él reine, hasta poner á todos sus enemigos debajo de sus pies.

26 Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte.

27 Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas á él, claro está exceptuado aquel que sujetó á él todas las cosas.

28 Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó á él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos.

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La resurrección de los muertos

15 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.

Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;(A) y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;(B) y que apareció a Cefas,(C) y después a los doce.(D) Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.(E) Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.(F) 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. 11 Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.

12 Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. 14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; 17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. 19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.(G) 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 27 Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies.(H) Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. 28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

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